AFGANISTÁN: Guerra y corrupción

Afganistán es un país sin litoral, que se encuentra en Asia Meridional, y que comparte sus fronteras con Pakistán hacia el sureste e Irán hacia el sureste. En esta entrada, tendremos en cuenta diferentes indicadores para analizar la situación económica de este país. Es una República Presidencial Unitaria, donde el poder existe en un solo centro de autoridad. 

Antes de continuar con el informe, debemos introducir algunas de los conflictos que influyen en la economía del país. Desde 2001 hasta 2021, Afganistán se ha visto envuelto en una guerra que enfrentó a Estados Unidos y el grupo terrorista talibán (apoyado por Pakistán) que controlaba el gobierno del país. Tras el atentado del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos comenzó la invasión para desmantelar la red terrorista de Al-Qaeda. En pocas semanas, la caída del Gobierno talibán en Kabul. Después de casi veinte años años de guerra, las tropas estadounidenses se han retirado progresivamente, lo que ha causado que en 2021 los talibanes hayan vuelto al poder. 

En cuanto al PIB per cápita en estos últimos años, Afganistán ha tenido crecimiento, sin embargo, desde 2021 ha experimentado una recesión económica debido a la vuelta al poder de los talibanes. 

Sabemos que la inflación en Afganistán ha tenido muchas subidas y bajadas, con períodos de inflación y otros de deflación, lo que nos indica una gran inestabilidad política. 

El gasto en educación del gobierno afgano no es demasiado alto, tan solo representa entre el 2-3% del PIB, cuando la ONU recomienda que sea en torno al 6%. Más de la mitad de la población adulta de Afganistán no puede leer ni escribir. Además en el pasado 2022 con la vuelta de los talibanes las niñas han sido despojadas de su derecho a la educación logrado con la Constitución de 2004 tras el derrocamiento del régimen talibán. Esto nos explica el bajo desarrollo humano (IDH) de los ciudadanos afganos, que tienen un acceso limitado a los servicios. Los afganos están entre los que peor calidad de vida tienen en el mundo. 

A pesar de vivir durante veinte años un periodo de guerra, no cuentan con un alto gasto militar en % del PIB. En cuanto al capital físico, podemos observar como Afganistán es un país que depende en gran parte de la agricultura. Sus cultivos más importantes son cereales como el trigo o la cebada, legumbres, frutas como las manzanas o los melocotones y aunque no sea muy lícito, el opio (una droga la cual ha sido prohibida por el nuevo gobierno talibán). El sector agrícola es una fuente importante de empleo e ingresos para gran parte de la población, que no tienen acceso a educación como se ha explicado anteriormente. 

No tenemos datos de la balanza comercial de bienes y servicios pero podemos concluir con que el país tiene una balanza comercial negativa debido a que se ve obligado a importar más productos para la reconstrucción del país que los que exporta. La inversión extranjera directa en Afganistán tuvo un incremento en 2005, sin embargo ha descendido a lo largo de los años debido a la inseguridad política, que no genera confianza a las empresas extranjeras para invertir. 

Institucionalmente, Afganistán presenta un alto grado de corrupción. En 2022 obtuvo 24 puntos en el Índice de Percepción de la Corrupción, lo que le sitúa en el puesto número 30 de países más corruptos del mundo. La corrupción es un problema generalizado y creciente frecuente en estos últimos años. Se sabe que parte de los fondos de ayuda internacional han sido desviados hacia prácticas corruptas. Además se deben pagar sobornos para asegurar la mayoría de los servicios públicos lo que da lugar a un grave obstáculo para el crecimiento económico. Asimismo Afganistán se ha visto afectado por el narcotráfico ya que como se ha mencionado es uno de los mayores cultivadores de opio. 

En conclusión, Afganistán es aún un país poco industrializado, pobre y que depende fuertemente de la ayuda extranjera. Además su población vive en unas bajas condiciones de vida con altos índices de pobreza y sometido a un régimen terrorista que suprime muchos de los derechos humanos, sobre todo para las mujeres.